Desde siempre, la obesidad se ha visto generalmente como un problema de apariencia físico. Sin embargo, un grupo de expertos nutricionistas, a través de la Secretaría de Salud de México, advirtieron acerca de los innumerables riesgos de la obesidad.
Según dijeron, es un factor detonante de diversas enfermedades, lo que la convierte en una avalancha de peligros para la salud.
Entre las enfermedades que aumentan el riesgo de desarrollo debido a la obesidad se encuentran el cáncer, diabetes, infarto al miocardio, infarto cerebral, hepatitis no alcohólica e inflamación crónica.
“El sobrepeso y la obesidad representan una verdadera preocupación en el plano de la salud pública. Cada vez afecta a más personas, con múltiples consecuencias, como incremento de afecciones cardiovasculares, neurológicas, cáncer y diabetes tipo 2”; así lo aseveró el Dr. Alberto Cormillot, médico diplomado en Enfermedades Crónicas No Transmisibles.
Vea también: Argentina encabeza el ranking regional de obesidad infantil
Obesidad Infantil
De acuerdo con el referido organismo, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad en infantes; condición que hace que al llegar a la edad adulta siete de cada diez personas la padezcan. Y es precisamente en ese aspecto, en el que hacen mayor énfasis: los riesgos de la obesidad infantil.
“Los cambios negativos en el estilo de vida de los niños, ha propiciado el aumento de la obesidad en infantes. Por ejemplo, ahora los niños suelen pasar más tiempo frente a los videojuegos y menos tiempo realizando actividad física o deporte”, coincidieron los especialistas.
En este contexto explicaron que cuando los niños pasan varias horas sentados, sin gastar energía, esta se convierte en grasa y se acumula en el organismo, generando sobrepeso y obesidad.
La prevención es la clave
Adicionalmente, desde el Instituto Mexicano del Seguro Social, señalaron el factor de la mala alimentación. Insistieron en el ejemplo que los padres dan a los menores. Si los adultos siguen una dieta poco saludable y no hacen ejercicio, los niños seguirán esa forma de vida.
“Debemos poner el foco en la prevención. Está claro que, con los ritmos actuales, hacerse el tiempo para realizar actividad física y comer sano puede parecer difícil. Sin embargo, cuando tomamos conciencia de que lo que está en juego es nuestra calidad de vida a largo plazo, podemos empezar a comprender la importancia de realizar pequeños cambios que nos encaminen hacia hábitos de vida más saludables”, destacó la Dra. Graciela Fuente, médica especialista en nutrición.
Vale destacar que los riesgos de la obesidad van más allá de las enfermedades crónico-degenerativas antes descritas.
“Los niños con sobrepeso u obesidad son más propensos a desarrollar problemas emocionales. Tal es el caso de baja autoestima, inseguridad, dificultad para relacionarse, ansiedad, depresión y pensamientos negativos”, subrayaron.