El nadador de la delegación estadounidense en estos Juegos de Río fue asaltado el día de ayer a mano armada en una fiesta en la misma ciudad. Otro triste incidente que resalta la falta de seguridad personal que se vive en Río y la falta de seguridad a nivel latinoamericano en general.

El nadador, Ryan Lochte, estaba celebrando la obtención de medallas en estos juegos y junto a tres compañeros más del equipo de los Estados Unidos.

Ryan Lochte ha sido la noticia más relevante de este día domingo en los Juegos, y ha saltado a la palestra informativa mundial por un suceso muy desagradable acontecido específicamente fuera de la piscina. El nadador estadounidense, integrante del equipo del relevo 4×200 y que resultó campeón en estos  Juegos Olímpicos, fue increpado a punta de pistola durante la celebración de una fiesta en Río de Janeiro y a la que fue invitado por un nadador local, el brasileño Thiago Pereira.

Según informan las fuentes estadounidenses, Lochte estaba en pleno evento en la ciudad de Río junto a tres compañeros más de la delegación norteamericana cuando un individuo desconocido dentro de la misma fiesta le apuntó con un arma de fuego. El estadounidense logró salir del problema sin consecuencias, aunque si le quedó un susto de miedo. Después del terrible incidente llamó inmediatamente a su madre, y según cuentan en las televisoras norteamericanas, Lochte ha dicho que fue una experiencia aterradora.

Lochte es el segundo nadador más laureado en toda la historia de los Juegos Olímpicos, con 12 medallas obtenidas, sólo por detrás de su compañero Michael Phelps.

Este suceso desafortunado acompaña a ya otros que han sufrido los deportistas Olímpicos en estos juegos, como el judoca belga que fue asaltado y herido por otro malviviente. La inseguridad está haciendo de las suyas en Río, y ese es un problema que no se ha podido contener incluso con la masiva participación de la policía local.

La participación de Lochte en estos juegos terminó la semana pasada con la competencia final de los 200 metros estilo mariposa, y en la que Michael Phelps fue el rotundo ganador.