El cardenal George Pell, el clérigo católico de mayor jerarquía que haya sido condenado por abuso sexual de menores, entró a la cárcel este miércoles. Dentro de dos semanas se hará pública su sentencia por el abuso de dos niños del coro en la catedral de Melbourne hace 20 años.
Por su parte, el juez Peter Kidd revocó la libertad bajo fianza del cardenal George Pell luego de una audiencia en una sala atestada.
Pell, de 77 años, quien podría recibir hasta 50 años de prisión, no se inmutó al bajar del banquillo, caminando con ayuda de un bastón y escoltado por tres agentes judiciales de seguridad y un guardiacárcel. El cardenal George Pell se detuvo en la puerta antes de retirarse por completo, giró y le hizo una reverencia al juez.
Una camioneta judicial lo llevó hasta la Prisión de Evaluación de Melbourne, una instalación de máxima seguridad donde se evalúa a los encarcelados por primera vez. Allí, todos son obligados a desnudarse para la revisión.
Como todos los pedófilos, el clérigo permanecerá en detención preventiva donde pasará las primeras 23 horas a solas en su celda.
Lea también Iglesia Católica es presionada a cumplir las medidas contra la pederastia
Cardenal George Pell, culpable de pederastia
Un jurado declaró culpable al cardenal George Pell de abusar de dos varones de 13 años, en una sala trasera de la Catedral de San Patricio en 1996, semanas después de ser designado arzobispo de Melbourne, la segunda ciudad de Australia.
Sin embargo, Pell no fue detenido inmediatamente, puesto que debió someterse a operaciones en las dos rodillas.
Antes de la audiencia, George Pell se enfrentó a una multitud hostil al arribar a la sala, este miércoles.
“¡Espero que ardas en el infierno!”, gritó un hombre mientras forcejeaba con los agentes de policía que protegían al cardenal. “¡Eres un pedófilo, un criminal! ¡Eres un monstruo!”
Parte del público insultó al abogado de Pell, Robert Richter, durante un intermedio, hasta que Kidd les advirtió que se les acusaría de desacato si continuaban con esa actitud.
El juez Kidd dijo que esos actos dirigidos contra Pell y Richter demostraban la acusación sobre el cardenal de los abusos sexuales y encubrimientos en el seno de la Iglesia católica que salieron a la luz en una investigación encomendada por el gobierno sobre el manejo de las denuncias de abusos por las instituciones australianas.
“La Iglesia católica no está siendo juzgada… Estoy imponiendo una sentencia al cardenal Pell por lo que hizo”, dijo el juez.