El presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti, reveló cómo influye la brecha cambiaria en el precio de la carne, según un balance que refleja una situación convulsionada.
En un dialogo como un medio argentino, Schiariti expresó que durante este año se produjo una merma importante en el consumo de carne vacuna en el mercado interno; sin embargo, aseguró que esa caída sucede desde hace bastante tiempo, pero este 2020 se ha hecho más evidente.
Vale destacar que esta caída también se ve influenciada por la pandemia de coronavirus y la crisis cambiaria por la que transita el país actualmente.
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Mediciones, comparaciones y estimaciones
El presidente de la Ciccra destacó que el consumo de carne en el país ha mermado, teniendo en consideración que cerca del 40% de la población argentina trabaja de forma no registrada.
Al mismo tiempo, enfatizó que se mide “septiembre del 2020 comparado con el mismo mes del 2019, se produjo una baja de 1,5 kilos (per cápita). Estamos en unos 48,5 kilos (por habitante), cuando el año pasado eran 50. Si lo medimos respecto a septiembre del 2018, la merma es de 7,5 kilos”.
Para Schiariti, “el principal problema para el consumo de carne vacuna pasa por la pérdida del poder adquisitivo del salario”; además de la depreciación del peso frente a la brecha cambiaria que hace que los sueldos cada día valgan menos.
Variaciones en el precio de la carne
Según la declaración de Schiariti, se produjo un incremento, en Capital y GBA, en los precios de la carne en cuanto a los cortes populares, que desde Ciccra aseguran que va en un promedio del 20% y llegan al 32% en algunos casos.
Para el representante de la Ciccra, esto ocurrió el pasado marzo, cuando se produjo una “adecuación de precios” porque el precio de la carne venía muy atrasado.
Ahora, la brecha cambiaria repercute de forma directa en el precio de la carne, ya que “los productores al vender una jaula de «gordos» no quieran quedarse en pesos”.
“Los terneros de recría, que empiezan a venderse en marzo, y que en ese momento valían entre 100 y 105 pesos (por kilo), pasaron a costar 150 pesos actualmente. Fue aumentando el precio de manera muy significativa, a causa de la presión de aquel que vendía animales terminados, que como no podía hacer otra cosa con los pesos, volvía a poner la plata en un producto que de alguna manera siempre, más tarde o temprano, mantiene su valor. Es decir, aumentó el costo de la carcasa para ponerle kilos”, añadió Schiariti.