El sida se erradicaría en 14 años y esto se ha convertido en un ambicioso plan para la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Según últimos informes efectuados a nivel mundial, se conoció que más de 2 millones de personas han contraído esta enfermedad.
Poner punto final a esta enfermedad que ha cobrado tantas vidas a lo largo de los años, se presume como un plan bastante viable.
Luiz Loures, participa en la IV Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos de Personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales), una cita que se desarrolla por primera vez en América Latina y que coincide con un momento importante para la región en cuanto al sida y el VIH.
Según destaca ONUSIDA en los últimos años se ha reducido en 26% el número de personas muertas tras contraer el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Pese a ello, el año pasado 2,1 millones de personas contrajo el VIH a nivel global, de las cuales más del 90 % son trabajadores sexuales, consumidores de drogas inyectadas, presos, transexuales, y homosexuales.
La epidemia crece constantemente en esta población y en muchos casos, personas muy jóvenes, lo que hace el padecimiento mucho más lamentable.
Aseguran que el sida es la única epidemia que crece en todo el mundo y esto demuestra claramente que tenemos el progreso biomédico en cuanto al tratamiento del sida, pero no se avanza en temas tan simples como la discriminación que impide el acceso directo a servicios de prevención y a tratamientos adecuados.
Es conocido por todos que existen personas que deben vivir escondidas por su preferencia sexual lo que ocasiona mayor riesgo al contraer este tipo de enfermedades como el VIH, en este sentido hacen falta más políticas de desarrollo en todos los países a nivel mundial.
La agenda que propone la ONU para el desarrollo y la erradicación de la enfermedad suena un tanto “ambiciosa” sin embargo, resulta bastante viable a la hora de ser aplicado.
Se estima que la población latina presenta el mayor porcentaje de personas utilizando cualquier tipo de tratamiento para mantenerse a salvo de la enfermedad.
Por último Uruguay se destaca como un ejemplo a seguir para muchos países del mundo debido a su política de inclusión y a la implementación de la misma en su sistema de salud y educativo.