El poder notarial: qué es y cuántos tipos existen

Conceder poderes a una segunda persona por diversos motivos es una herramienta legal que está presente en nuestro ordenamiento jurídico desde hace décadas. El poder notarial es algo que puede ejercer cualquier ciudadano pasando por una notaría y realizando el pago correspondiente para la emisión del mismo.

Pero, ¿qué es un poder notarial?

El poder notarial es un documento público que permite a una persona, jurídica o física, designar a otra persona como su representante. Esta persona, conocida como apoderado, puede representar legalmente a la primera en actos jurídicos varios a través de la exhibición de la copia en la que se autoriza tal poder por parte del poderdante. 

El poder notarial tiene una cualidad muy interesante: su carácter unilateral. Esto implica que una persona física o jurídica puede otorgar a una segunda persona la capacidad de representación sin que esa persona esté presente en el momento en el que se produce el otorgamiento del poder. El poderdante tan solo tiene que estar presente ante un notario, como en https://notaria-madrid.es/ de la Notaría Periel de Madrid, para otorgar dicho poder.

¿Puede cualquier persona otorgar un poder?

La legislación actual establece que cualquier persona puede otorgar un poder a otra si acude con su Documento Nacional de Identidad (DNI) a un notario y lo solicita. Pero existen dos condiciones: que la persona sea mayor de edad y que además tenga sus facultades mentales plenas.

¿Cuántos tipos de poderes notariales existen?

Nuestra legislación establece la existencia de dos tipos de poderes notariales fundamentales, que son el poder general y el poder especial. Dentro de cada uno de ellos existen subtipos y poderes concretos que merece la pena destacar, y que son:

Poderes generales

Los poderes generales son aquellos en los que se otorgan facultades al apoderado para actuar en aquellos ámbitos que queden especificados en el propio poder. Dentro del poder general podemos encontrar algunos tipos, como son:

Poder amplio

En este poder se concede facultades muy extensas al apoderado, incluyendo la compraventa de inmuebles y la disposición del patrimonio del poderdante. Es un permiso casi sin límites a una segunda persona tanto para actividades económicas como administrativas. Entraña el riesgo de que el representante lleve a la ruina al poderdante, ya sea por mala fe o por negligencia profesional.

Poder de administración de bienes

Con este poder se otorga al apoderado la capacidad de administrar de forma concreta los bienes y el patrimonio del apoderado. Es un poder más limitado que el poder general amplio, ya que no permite la firma de hipotecas, la compraventa de bienes u otros actos de disposición.

Poder para pleitos

El poder para pleitos se otorga generalmente a un abogado o procurador para que represente en un pleito en los tribunales al poderdante. Es uno de los poderes más habituales en el ámbito jurídico, ya que en muy pocos procesos judiciales el interesado puede actuar de manera independiente.

Poderes especiales

Los poderes especiales son aquellos que se conceden para un acto jurídico concreto y nada más. Lo más habitual es que se concedan para realizar transferencias de dinero, para cobrar una cantidad, para comprar o vender un bien o para aceptar una herencia, entre otros usos. De esta forma podemos estar representados por una segunda persona en cualquier acto jurídico sin necesidad de estar presentes. Este poder especial no sirve para algunas situaciones legales, como puede ser el caso de hacer un testamento. 

Dentro de los poderes especiales destaca por su importancia el conocido como poder preventivo. Este poder sirve para asegurarse de que la persona designada como representante en el poder se asegure de que se cumplen las obligaciones y se ejercen los derechos del pordedante en caso de que esté incapacitado por alguna enfermedad. Es una forma de asegurarse que se cumple nuestra voluntad y de protegernos en caso de que pueda ocurrir una enfermedad.Como se puede comprobar existe una gran variedad de poderes notariales a los que personas físicas y jurídicas pueden acceder para otorgar la capacidad de representación a otra persona. Este instrumento legal es de uso habitual en nuestro país e incluso tienen validez y reconocimiento a nivel internacional si así apostilla en el propio documento. Una garantía jurídica y legal necesaria en multitud de situaciones y procesos diferentes.

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