Fernando de la Rúa, expresidente de Argentina sigue recluido en el Hospital Austral de Pilar, después de sufrir un cuadro cardiovascular, pero registró una “leve mejoría, con disminución de medicación”.
Clarín reseñó que voceros cercanos del exmandatario que “sigue con vigilancia en cuidados especiales”. El dirigente radical ingresó el 1° de enero en el centro asistencial. En el único parte del Hospital Austral, del jueves, se señaló que tenía un “cuadro grave” y que estaba sedado y con apoyo respiratorio mecánico.
Mirá también: Realizaron ruidazo por aumento de las tarifas
El expresidente Fernándo de la Rúa brindó por el bienestar de Argentina
El pasado 12 de diciembre, el expresidente Fernando de la Rúa participó de una cena de fin de año en la que se le vio por última vez en público. Según Clarin, estaba muy animado y en el brindis pidió por el bienestar de Argentina.
El grupo DAAT (Conocimiento en Hebreo) fue el que organizó la cena que reunió otros empresarios de la colectividad judía. Se celebró el 70° aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos por las Naciones Unidas. Brindaron por el fin de año, entre otros José Hercman, de DAAT, la presidenta de la Corte Suprema de Justicia bonaerense, Hilda Kogan, la abogada Marta Nercellas, y diplomáticos como el exembajador en Israel Atilio Molteni.
Entre los que asistieron también estuvo Jorge Knoblovits, el nuevo presidente de la DAIA. En esta cena, De la Rúa fue uno de los oradores. “Habló muy bien y sus compañeros de mesa contaron que pasaron con él una velada muy agradable”, contó Hercman.
Por otra parte, De la Rúa tiene una historia médica de problemas cardíacos. En junio de 2001, siendo presidente, se le practicó una angioplastia por obstrucción de la arteria coronaria derecha. Recientemente, en octubre de 2018, sufrió un infarto y en ese entonces también se le practicó una angioplastia, reporta Télam.
Asimismo, en 2013, el expresidente fue absuelto de una acusación por supuestos pagos de sobornos a senadores para la aprobación de una polémica reforma laboral en el año 2000. La Fiscalía solicitó una pena de 6 años de prisión.
Después de un juicio de 14 meses, los jueces Miguel Pons, Guillermo Gordo y Fernando Ramírez decidieron en un fallo que comprendió unas 20 páginas que no aprobaron la existencia del delito.