En medio del parate económico producto del aislamiento social que afecta al sector hotelero, en las últimas horas se concretó el cierre del Hotel Castelar, uno de los alojamientos más tradicionales de la Ciudad de Buenos Aires.
Este emblemático edificio, ubicado en el 1.152 de la Avenida de Mayo, supo ser en su momento un centro de largas reuniones políticas, gremiales y empresarias.
Ahora, los abogados de la empresa se contactaron con los sesenta empleados que trabajaban hasta hace poco allí para ofrecerle un arreglo económico.
“A través de Whatsapp ofrecieron pagarnos mucho menos del 200% que nos corresponde por la doble indemnización. Yo no acepté y pienso ir a juicio. Ni el sueldo de marzo ni el de abril lo abonaron completo. Estamos en un limbo”, explicó Federico Viera, quien hasta el 19 de marzo formó parte del departamento de Administración.
La empresa, cuya razón social es Casel S.A., suspendió sus actividades un día antes de decretarse oficialmente el aislamiento. Horas después, según dichos de sus empleados, presentó el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC).
Según Viera, el hotel tenía buen movimiento antes de la pandemia y nada hacía prever este final. El alojamiento de 150 habitaciones tenía una ocupación promedio del 80% y también tenía una interesante actividad a través de los eventos sociales y corporativos que se realizaban en sus salones.
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El cierre del Hotel Castelar
El hotel Castelar, fundado el 9 de noviembre de 1929 por Francisco Piccaluga, fue uno de los lugares más glamorosos de la Buenos Aires de la época. Con 55 metros, era uno de los edificios más altos de la Avenida de Mayo.
En sus más de 90 años se mantuvo como propietaria la familia fundadora: los Piccaluga-Mayorga. Incluso, hasta estos días, al frente del hotel Castear se encontraba el bisnieto del fundador, Pedro Armando Mayorga.
A lo largo de los años, el emblemático hotel fue lugar de encuentro de figuras de renombre entre los que se destacan Alfonsina Storni y Jorge Luis Borges. Incluso allí vivió por un tiempo el poeta Federico García Lorca.
Cabe destacar que el recorrido de la familia Piccaluga-Mayorga en el negocio hotelero e inmobiliario no se detiene en el Castelar; también son propietarios del Palacio Piccaluga, un tradicional salón de eventos ubicado a metros de las avenidas Santa Fe y Callao, un apart-hotel y otras inversiones en real estate. Además, también tienen intereses en el sector agrícola.