Este martes, el líder norcoreano, Kim Jong Un, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, llegaron a Hanói, bajo fuertes medidas de seguridad, donde se reunirán para su segunda cumbre de la cual se esperan avances respecto a la vaga declaración firmada en el encuentro anterior.
Tras el histórico encuentro en Singapur, hace ocho meses, con el presidente estadounidense, que solo concluyó con un comunicado sobre la desnuclearización, los analistas consideran que esta segunda cita debe terminar con medidas más concretas sobre el desmantelamiento del arsenal de Pyongyang.
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La llegada de los líderes
Vestido con su tradicional traje tipo Mao, Kim Jong Un saludó sonriente, antes de subir a un Mercedes Benz y partir en convoy en dirección a Hanói. Posteriormente, llegó al hotel Melia en donde debe hospedarse esta semana.
Por su parte Trump llegó después de Kim en el avión presidencial Air Force One, que aterrizó poco antes de las 9:00 pm hora local en el aeropuerto internacional Noi Bai.
El presidente de Estados Unidos quiso mostrarse optimista respecto a esta cita, asegurando el lunes en la red Twitter que espera con impaciencia “una cumbre muy productiva”.
Sin embargo, sobre el encuentro se conocen muy pocos detalles al respecto.
Este miércoles, el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un se mostraron optimistas al comienzo de su segunda cumbre.
Los dos mandatarios se dieron un apretón de manos delante de una hilera de banderas estadounidenses y norcoreanas en un lujoso hotel de la capital de Vietnam.
“Creo que será muy exitosa”, afirmó Trump en un breve comentario ante la prensa. Añadió que espera que la cumbre, centrada en la desnuclearización del régimen norcoreano, sea “equivalente o mejor que la primera”.
Por su parte, el líder norcoreano afirmó por su parte que está “seguro” de alcanzar esta vez resultados positivos.
“Estoy seguro de que esta vez habrá grandes resultados que serán bien recibidos por todos”, declaró Kim Jong Un. “Lo haré lo mejor que pueda para que ocurra”.
Definir la “desnuclearización”
La falta de avances desde entonces ha generado escepticismo entre muchos observadores. Stephen Biegun, emisario de Estados Unidos para el Norte, reconoció recientemente que Washington y Pyongyang no se habían “puesto de acuerdo sobre el significado” de la desnuclearización.
Estados Unidos ha reclamado en varias ocasiones un desarme nuclear completo, verificable e irreversible de Corea del Norte. Pero para Pyongyang, ese desmonte de su programa nuclear debe venir acompañado del levantamiento de las sanciones internacionales en su contra.
Pyongyang afirma que ya ha tomado medidas, como la suspensión de sus pruebas de misiles o artefactos nucleares durante más de un año, además de destruir las vías de acceso a sus campos de pruebas atómicas.