La tentación literaria tiene forma de e-book

En los últimos años la industria editorial ha vivido una auténtica revolución contra todos los pronósticos apocalípticos que se hicieron. No sólo no han parado de crecer las ventas de ejemplares en papel, sino que también se han derribado los prejuicios contra los e-books, ya que gracias a este formato los libros gratis pueden conseguirse con mayor facilidad y de todos los géneros: desde novelas gratis hasta sagas completas de fantasía o policiales. También hay libros de pago, pero a un precio muy conveniente.

Así de accesible se ha vuelto la literatura y aunque ya dijimos que hay para todos los gustos, se merecen un sitio especial los de temática juvenil, puesto que son los que incluso se han llevado a la pantalla grande, incentivando el hábito de la lectura en los adolescentes y jóvenes adultos.

Quienes consumen e-books en sus smartphones o en los dispositivos diseñados exclusivamente para esto, destacándose el Kindle, afirman que lo mejor no es el escaso valor en comparación con los libros en papel, sino la comodidad, porque llevarlos a todos lados es muy sencillo y resulta sumamente práctico. Por otro lado, también supone un aporte al sustento del medio ambiente.

Si bien es cierto que se pierden tradiciones como el tener un contacto más cercano con los libros —¿quién no ha disfrutado el aroma de las páginas de un ejemplar nuevo?— o acordar citas en el café de una librería, también es una certeza que el futuro ya llegó.

Las pantallas de tinta electrónica brillan en lo suyo, mejorando el proceso de lectura y cuidando, al mismo tiempo, la vista de los usuarios. Por último, es menester hacer hincapié en el uso del diccionario: Gracias a los e-readers (los dispositivos para los libros digitales) vas a poder buscar las palabras que no entiendas en el mismo instante, sin tener que desviar demasiado el foco de tu atención. También te permiten hacer anotaciones y, dependiendo de la versión que tengas, utilizar resaltadores, lo cual hace que sea una herramienta ideal para estudiantes.

Así que ya sabés. Las dos opciones continúan vigentes y no hay nada que temer, porque los libros en papel están lejos de desaparecer y los digitales se encuentran cada día más cerca de todos.