Las últimas investigaciones de expertos israelíes dieron como resultados que los bajos niveles de vitamina D en la sangre están asociados con un mayor riesgo de contraer coronavirus.
Los resultados de la investigación realizada por especialistas del Leumit Health Services y la Universidad de Bar Ilan (BIU), en el centro de Israel, fueron publicados en la revista FEBS el pasado domingo 26 de julio.
Lea también ¿Por qué los pacientes diabéticos son los más propensos a morir por coronavirus?
Las pruebas realizadas
En ese sentido, la investigación del Leumit y el BIU examinó datos de 7,807 asegurados de Leumit que recientemente se sometieron a una prueba de coronavirus y a un análisis de vitamina D en la sangre.
En los pacientes analizados se descubrió que el 10.1% de ellos estaban infectados con coronavirus, con un nivel promedio de vitamina D en la sangre significativamente menor que los no estaban infectados.
Por lo tanto, los pacientes con un nivel de vitamina D en la sangre de menos de 30 ng / ml (nanogramos por mililitro), tenían más probabilidades de contagiarse con el virus que los pacientes con un nivel normal de vitamina D. Además, los pacientes con bajos niveles de vitamina D tenían una mayor probabilidad de enfermedades más graves y la necesidad de hospitalización.
El estudio también mostró sorprendentemente que las condiciones crónicas, como la demencia, la enfermedad cardíaca y la enfermedad pulmonar no se encontraron como factores que aumentan la tasa de infección por covid-19.
La importancia de la vitamina D
Al igual que todas las vitaminas, la D es un micronutriente esencial, requerido en pequeñas cantidades para la función, crecimiento y desarrollo celular normal de cada persona.
La función principal de la vitamina D es ayudar al cuerpo a absorber el calcio y el fosfato, manteniendo los músculos y los dientes sanos y los huesos fuertes y menos propensos a romperse. Una falta severa de D puede resultar en huesos blandos, delgados y quebradizos durante la infancia, una condición llamada raquitismo que se ve predominantemente en niños desnutridos en países en desarrollo.
Pero la D hace mucho más que proteger el desarrollo óseo y muscular. Ayuda a las células nerviosas del cerebro a transmitir mensajes y al sistema inmunitario a combatir las bacterias y los virus invasores.
Muchos alimentos como la leche, las fórmulas infantiles, el pan, el jugo de naranja, el yogur, la margarina y los cereales están enriquecidos con vitamina D por los fabricantes. Además, de otros alimentos propiamente naturales como la palta, el pescado (sobre todo el salmón, atún y sardina), la yema del huevo y el germen de trigo son ricos este tipo de vitamina.
Pero la producción “normal” de la vitamina D en el cuerpo se produce cuando la piel está directamente expuesta al sol. La exposición indirecta, como el sol que brilla a través de una ventana, no creará este tipo de vitamina. Vale destacar que los días nublados, la sombra, vivir en la altura y más lejos del ecuador también afectan la producción en nuestro cuerpo.