Las fuertes declaraciones de Trump

Donald Trump no se queda callado y declara de todos los temas que le pasan de cerca. Opina con su arrogante forma de ver el mundo. El enmarañado, a quien los medios norteamericanos dicen que es un empresario de “casinos”, tiene en su peculiar forma de expresar su acierto y destino. Esa es su ruta expedita de vincularse con el desperdicio blanco o “White trash”.

Trump trata de buscar que haya coincidencias de los rusos al apoyo de los policías asesinos de negros para de allí agraviar a los padres de un militar musulmán muerto en Irak. Todos los días es una nueva ocurrencia sin importar si está equivocado o no. Le gusta opinar sin importar las consecuencias. Sufre de una incontenible verborragia, abriendo todos los días una causa nueva sur en contra.

El hombre, que literalmente se le impuso al Partido Republicano, fue espuma de un día, escalando el éxito a la par de la antipatía que le tienen hasta en su mismo partido. Es innegable que tiene conexión con cierta clase de personas de la sociedad norteamericana. En política siempre hay grietas que un político hábil puede ampliar, y eso hace el candidato Trump diariamente.

Otro asunto que no se puede negar que el adversario de Trump lo ayuda sus ínfulas, ya que Hillary Clinton tampoco goza de muchas simpatías y tiene muchos componentes en contra. Las elecciones presidenciales en Estados Unidos son una competencia para escoger el menos malo de los dos candidatos.

Eso se nota en la apatía y falta de estímulo de los norteamericanos a votar. [pullquote]Dicen algunos analistas políticos que si algo los mueve sería Trump que lidera el “reality show” electoral de EE.UU.[/pullquote]

Se dice que Trump, de llegar a residir en la Casa Blanca, y que se ha expresado crudamente sobre muchos temas, sería capaz hasta de poner la mansión presidencial a la venta porque es un inmueble rentable económicamente.

Las últimas declaraciones de Trump son: que las elecciones podrían ser “arregladas”, también expulsó un bebé de un mitin porque según él lloraba mucho. Es tradición americana perder y callar. Pero eso no va con él.