El pasado miércoles, el presidente francés, Emmanuel Macron, se trasladó al Mont Blanc, la montaña más alta de Europa Occidental, con más de 4.808 metros de altura, actualmente aquejada por una masificación.
Ante el glaciar menguante del Mar de Hielo, y a primera hora de la mañana, Macron confesó: “No me imaginaba un deshielo tan rápido. Es impresionante. Uno se da cuenta de cómo las no decisiones nos han llevado hasta aquí”.
Estas declaraciones del presidente francés se dirigen a los visibles efectos del cambio climático, tras ser cuestionado por la oposición y por algunas organizaciones ecologistas.



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Macron en el Mont Blanc
Con el propósito de demostrar que él no se resignará a la inercia de estas “no decisiones”, Macron aprovechó la visita al Mont Blanc para lanzar una serie de iniciativas.
Las medidas anunciadas por el mandatario de Francia van desde las restricciones de acceso al Mont Blanc hasta la ampliación de los espacios protegidos a un tercio del territorio francés, pasando por mejoras en las prácticas de los funcionarios del gobierno con el fin de reducir sus emisiones contaminantes, o la creación de un nuevo ente burocrático, la Oficina Francesa por la Biodiversidad.



Durante un discurso en Chamonix, al pie de la montaña, Macron declaró que el cambio climático es “el combate del siglo”. Sin embargo, su discurso no caló en grandes cambios en su política, pero sí la voluntad de ocupar el espacio verde y asegurar a sus votantes que él sigue siendo el presidente que en 2017, respondió con el eslogan “Hagamos el planeta grande de nuevo”.
Las huellas del calentamiento global
El paseo por el Mar de Hielo de Emmanuel Macron mostraron de manera tangible los efectos del calentamiento global. El glaciar retrocedió dos kilómetros desde 1850, aproximadamente 700 metros en los últimos 30 años.
“Es la prueba irrefutable del calentamiento”, dijo el presidente francés desde Chamonix. “Todo esto es conocido: aquí lo medimos, con la fuerza de las trazas, de las pruebas y la emoción de ver cómo se deforma un paisaje y cómo desaparecen especies”.
El viaje de Macron al Mont Blanc se debió, en gran medida, a la petición de un alcalde de la zona, Jean-Marc Peillex, de Saint-Gervais, que en septiembre envió una carta al presidente requiriéndole medidas urgentes para evitar que la montaña se convirtiese en un “parque de atracciones”.