México.- “Don Neto” le envío una carta al presidente mexicano, al secretario de gobierno e incluso al Papa Francisco pidiendo su libertad luego de 31 años en prisión.
Ernesto Fonseca Carrillo, o mejor conocido como “Don Neto”, es uno de los personajes considerados como los “Abuelos del Narcotráfico” en México, pues cuenta con 86 años y todavía cumple con una condena de prisión de 40 años, a la cual le restan nueve años para salir en plena libertad. Hace un año, el juez de Distrito de Procesos Penales en Jalisco le otorgó la modalidad casa por cárcel debido a su avanzada edad, pero todavía no se la han dado y por ello ha emitido una carta tanto para las autoridades mexicanas como para el Papa Francisco.
“Don Neto” está en prisión desde 1985 a una condena de 40 años por el secuestro y asesinato de Enrique Camarena, quien fungía como un agente de la DEA en México que estaba tras la pista de Fonseca Carrillo, Miguel Ángel Félix Gallardo “El Padrino” y Rafael Caro Quintero.
Este trío fundó el Cártel de Guadalajara, el que se considera como la primera banda organizada dedicada al narcotráfico internacional en principios de la década de los 80, lo que generó el interés de la DEA en investigarlos y lograr sus capturas. Esta labor se la encomendaron a Camarena, quien al momento de ser asesinado tenía 37 años.
El secuestro del agente de la DEA y su posterior tortura que terminó en asesinato fue suficiente para que las autoridades mexicanas le impusieran una condena de 40 años, a la cual todavía le restan nueve. A sus 86 años se le ha detectado hasta 20 diversos cuadros médicos que requiere de asistencia especializada, además de su avanzada edad, lo que motivó a un juez que se le otorgara el casa por cárcel pero todavía no ha sido así.
Fonseca Carrillo ha enviado una carta firmada para el presidente de México, Enrique Peña Nieto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al igual que su máxima santidad el Papa Francisco. También dirigió unas cartas a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión de DDHH de la Organización de Naciones Unidas, donde presenta su caso y la necesidad de salir de prisión.
Este “abuelo” del narcotráfico compara su actual prisión con los centros penitenciarios que hacían vida en Francia, donde cuatro de cada diez condenados morían en sus celdas y el resto terminaba con dificultades mentales.