La cifra de muertos por el trágico desastre del dique minero en Brasil, aumentó a 166, según informó el miércoles la agencia estatal de defensa civil.
El teniente coronel de la agencia, Flavio Godinho, dijo a la prensa que otras 155 personas siguen desaparecidas en el sureste del estado de Minas Gerais, lugar donde ocurrió el desastre, desde que la presa de relaves que contenía toneladas de desechos tóxicos de una mina de mineral de hierro se derrumbó el 25 de enero, enterrando partes de la ciudad de Brumadinho bajo montañas de barro.
Los esfuerzos de los rescatistas por localizar los cuerpos de los desaparecidos continúan, aunque cada vez encuentran menos cuerpos a medida que las víctimas restantes están enterradas hasta bajo 15 metros de lodo, dijo Godinho.
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Las víctimas por rotura del dique minero en Brasil
Tras el la rotura del dique minero en Brasil, considerado por las autoridades como una emergencia ambiental, se han identificado, hasta ahora, 160 de los muertos por el derrumbe.
En su mayoría, los fallecidos pertenecían a la nómina de empleados del gigante minero y propietario de la represa Vale, y otros residentes de las comunidades aledañas.
Se cree que el mar de barro lavó las oficinas administrativas de Vale y una cafetería donde cientos de empleados estaban almorzando cuando se rompió la presa.
Cinco personas que habían sido arrestadas por su papel en la validación de la seguridad de la represa, apenas unos meses antes de que se derrumbara, fueron liberadas la semana pasada en espera de una mayor investigación.
Por ahora, las operaciones de rescate continúa con 327 bomberos y 43 piezas de maquinaria pesada, incluidos camiones y excavadoras, ocho aviones y 12 perros de búsqueda y rescate.
Este incidente marca el segundo colapso de la presa de relaves en tres años en una operación minera propiedad de Vale en Brasil, inundando comunidades y campos con lodos tóxicos.
En noviembre de 2015, una presa de relaves de propiedad parcial de Vale se rompió en Mariana, también en Minas Gerais, destruyendo a toda una comunidad y matando a 19 personas, considerado como el peor desastre ambiental de Brasil.
