Este martes, el papa Francisco admitió, por primera vez, que al interior de la iglesia hay monjas que han sufrido abusos de parte de curas y obispos. Asimismo, aseguró que otras continúan siendo víctimas de abuso sexual y que incluso son sometidas como esclavas sexuales.
Estas declaraciones del máximo líder de la Iglesia Católica se produjeron en el avión de regreso a Italia desde Emiratos Árabes Unidos, ante el requerimiento de una periodista.
“No es algo que todos hagan, pero hay curas y obispos que hicieron eso y aún lo hacen”, afirmó el papa Francisco, que nunca antes se había referido este tema, pero lo consideró de actualidad en la Iglesia.
A su parecer, este fenómeno es posible encontrarlo “en todas partes”, pero está más presente en “algunas congregaciones nuevas y en algunas regiones”.
“Hemos estado trabajando durante mucho tiempo sobre este asunto. Hemos suspendido a varios clérigos por esta causa”, señaló el papa Francisco, sin mencionar nombres ni países.
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El papa Francisco aseguró que hay más por hacer
Con sus respuestas, el papa Francisco intentó enmarcar la situación en el contexto histórico de opresión que viven las mujeres también fuera de la Iglesia.
“El maltrato de las mujeres es un problema. Yo diría que la humanidad aún no ha madurado. La mujer es de segunda clase”, dijo el Sumo Pontífice.
El tema surgió en medio del escándalo sobre el abuso sexual de menores de edad en la Iglesia Católica y en medio de la era del #MeToo (#YoTambién) en que se ha reconocido que los adultos pueden ser víctimas de abuso también, cuando hay un desequilibrio de poder en una relación.
“No sé si el proceso (canónico) ha terminado, pero también hemos disuelto algunas congregaciones religiosas femeninas que han estado muy vinculadas a esta corrupción“, añadió el Santo Padre, y señaló que la Iglesia no puede refugiarse en la negación. “¡¿Tenemos que hacer algo más? Sí. ¿Tenemos la voluntad de hacerlo? Sí!”, apostilló el sumo pontífice.
Además, señaló que su antecesor, el papa Benedicto XVI, tomó algunas medidas al respecto.
“El papa Benedicto tuvo la valentía de clausurar una congregación femenina que tenía cierto nivel, porque había entrado en esta esclavitud, incluso sexual, por parte de clérigos o por parte del fundador. A veces el fundador les quita la libertad a las monjas, puede llegar a esto”, explicó.