Reino Unido.- Los administradores y empresarios ingleses se han vuelto más reservados en referencia a las negociaciones y el precio de los inmuebles para venta, el cual se derrumbó a un ritmo más acelerado desde finales del año 2015, según los sondeos que vigorizan las indicaciones de que la economía de Reino Unido se mantiene hundiéndose tras el Brexit.
En este sentido, múltiples economistas consideran que Reino Unido se dirige a una recesión tras años de lánguido crecimiento, por culpa de la vacilación e incertidumbre en torno a la actividad comercial futura con la Unión Europea.
A inicios de este mes, el Banco de Inglaterra cercenó sus tipos de interés y dio inicio a otras estrategias para comprimir los efectos adversos generados por el Brexit, que se cree que remontará de forma imputada la tasa de oficio en el país.
Uno de las encuestas publicadas el día de hoy mostró que la compensación de empleadores, que esperan acrecentar su personal en los cercanos tres meses, cayó a treinta y seis por ciento posterior al referendo del mes de junio, frente al cuarenta por ciento anterior.
Cabe destacar que el sitio web del sector inmobiliario Rightmove desmotró que los precios de venta de casas e inmuebles en Inglaterra y Gales descendieron en el mes agosto a su tasa más subrayada desde el mes de noviembre, debido a que la perplejidad tras el Brexit se agregó la tradicional baja del dinamismo que se produce durante el ciclo de verano.
La mayor depreciación ocurrió en Londres, donde los precios de las residencias para venta cedieron en tres por ciento, con respecto al mes julio. Aun así, un tercer antecedente sugiere que los consumidores británicos -que certificaron a la economía entre el año 2013 y este año- se encuentran pasando por alto la derivación del referéndum. El número de compradores en las calles comerciales se remontó levemente en el mes julio en la paralelo interanual, de acuerdo a la firma Springboard y al Consorcio Británico de Minoristas.
Aseguran que Reino Unido dejaría el bloque europeo a finales del año 2019. El proceso de salida de un país de la Unión Europea debe diferir como mucho dos años. Eso a partir de que la nación que requiera dejar el bloque active el Artículo 50 del Tratado de la Unión Europea.
Se estimaba que Reino Unido, que sancionó en un referendo el pasado 23 de junio dejar la Unión, empujaría el proceso a inicios del año 2017 y lo perfeccionaría por lo tanto a comienzos de 2019.