Río de Janeiro. En un contexto social y político convulsionado en Brasil, se dieron inicio los primeros Juegos Olímpicos que se realizan en Sudamérica. Además los últimos atentados perpetrados en Europa por parte del Estado islámico, han redoblado la seguridad tanto para deportistas como para espectadores.
Aprovechando que la mirada del mundo se ha puesto en Río de Janeiro. Unas 3000 personas se reunieron en la playa de Copacabana para protestar contra los Juegos y el gobierno interino de Michel Temer y otras 500 llegaron cerca del Maracaná.
[pullquote]3000 personas se reunieron en la playa de Copacabana para protestar contra los Juegos y el gobierno interino de Michel Temer y otras 500 llegaron cerca del Maracaná.[/pullquote]
El elevado costo económico para albergar los juegos en Brasil, es uno de los malestares que también tienen los manifestantes. Los 12500 millones de dólares invertidos, en un país donde la economía cayó un 3,5% en 2015 y se desplomó un 5,4% en el primer semestre de 2016, podrían haberse destinado a infraestructura hospitalaria y educacional.
Los Juegos se realizan en un país dividido políticamente por la figura de Dilma Rousseff, que fue suspendida provisoriamente de la presidencia y que ayer dio un paso más hacia la destitución. Una comisión del senado aprobó por 14 votos contra 5 someterla al pleno de la cámara la que alcanzaría su veredicto a fines de mes.
Por el otro lado, Michel Temer con un 22% de aprobación y acusado de golpista, fue abucheado en la inauguración que se llevó a cabo en el Estadio Maracaná, ante más de 70 mil espectadores y millones de televidentes en todo el mundo.
Al contexto convulsionado interno del país carioca se suman los últimos atentados en Francia, Turquía y Bélgica, perpetrados por el Estado islámico. Se redobló la seguridad para el desarrollo de la cita olímpica con más de 80000 efectivos, para no lamentar atentados como los de Munich en 1972 y Atlanta en 1996.
Si bien Sudamérica está lejos de la línea de fuego de ISIS, el hecho de albergar un encuentro deportivo de nivel mundial, sitúa a Brasil como posible blanco de atentados del grupo islamista. Ya existen 12 detenidos por sospecha de preparar atentados durante la fiesta deportiva.