Reino Unido.- Posterior a los resultados del Brexit y al frenazo de la construcción en la nación inglesa, la recesión de la caída económica es cada vez más evidente a través del sector servicio, el cual supone un deterioro por debajo de cincuenta puntos en referencia a la contratación de actividades.
En este sentido, el principal fragmento de la economía de Reino Unido se contrae de manera acelerada desde el mes de marzo del año 2009, y ahora se pone de manifiesto gracias a la reciente victoria del Brexit en el referéndum británico.
La economía británica observa cada vez más cerca el fantasma de la recesión económica. Es así como el pasado lunes fue la caída de la actividad industrial y el día de ayer el frenazo del sector de la construcción, siendo actualmente la división de servicios las más comprometida con cerca del 80% del Producto Interno Bruto (PIB) de Reino Unido en señales francas de decadencia.
En este contexto, se presume que los indicadores y estándares del sector servicios que labora en Gran Bretaña han caído durante el mes julio hasta los cuarenta y siete puntos, desde los cincuenta de su rango inicial. Aunque el registro ha estado en línea con las apreciaciones del mercado, supone la comprobación de que el movimiento se deteriora al ritmo más rápido en más de siete años. Cualquier lectura por debajo de cincuenta puntos indica convulsión de la actividad comercial.
“Es excesivamente pronto para definir si los datos seguirán débiles en los próximos años. Sin embargo, la caída periódica en todos los sectores acrecienta las contingencias de que la economía británica soporte una dócil recesión”, señaló Chris Williamson, economista titular de Markit, empresa garante del informe. La firma augura que el PIB británico se reducirá un 0,4% en el tercer trimestre, un ritmo no visto desde el año 2009.
Bajada de tipos
Cabe destacar que el dato se vislumbra un día antes de que el Banco de Inglaterra celebre su reunión de política monetaria, en la que de manera previsible rebajará los tipos de interés con la finalidad de reconfortar una economía que empieza a comprobar con datos los efectos provocados por el Brexit.