Un riesgo potencial del tipo de cambio oficial (Bs. 186.700 por dólar) establecido por el Gobierno con cada subasta del sistema Dicom del BCV, con una aparente rectificación al haber derogado en febrero la antigua tasa Dipro (dólar protegido) a 10 bolívares por divisa, es lo que podría implicar para el sector empresarial privado de Venezuela si colocan sus instrumentos de inversión en divisas en el sistema cambiario del régimen de Nicolás Maduro.
Se trata de un sistema sometido a un férreo control de cambio desde el 2003, instaurado por Hugo Chávez, que a lo largo de su existencia ha tenido un récord de más liquidaciones para el sector público (empresas del Estado) que para el privado.
A pesar de que las principales firmas financieras del país; Econométrica, Ecoanalítica y Datanálisis, coinciden en que el Gobierno dio un paso importante en un posible intento de acortar gradualmente la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, los riesgos no cesan.
A juicio de Luis Vicente León, director de Datanálisis, los empresarios privados “no colocarán sus dólares masivamente en ese mercado si el tipo de cambio está manipulado hacia abajo” puesto que, asegura, hay demasiados incentivos para que el Gobierno lo manipule, a sabiendas de que no tiene suficientes divisas propias para llenar la demanda.
Un dato que podría inferir el direccionamiento del Gobierno en ese mercado es que, según Ecoanalítica, el 91% de las importaciones de empresas públicas se ejecutan con dólares a tasa Dipro (Bs. 10 por dólar) y estas constituyen el 71% del total.
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Los desbalances con el tipo de cambio en Venezuela
El 29% restante está representado en adjudicaciones de dólares preferenciales al sector privado, pero el 70% de ellos debe recurrir al mercado paralelo para adquirir divisas (a Bs. 3.800.000 por dólar).
Esto se debe a las excesivas liquidaciones de dólares “baratos” a las empresas públicas y mixtas para ejecutar importaciones petroleras y no petroleras.
León cree que es “inviable” que el Gobierno traspase todas sus importaciones a precio de mercado y eso lo llevaría a fijar el Dicom en esa tasa si la oferta no sube. Hasta ahora, se ha mantenido estable, pero la hiperinflación destruye cualquier capacidad de planificación financiera de los empresarios para poder cotizar y comprar más divisas.