Violación en Miramar: la víctima NO tiene la culpa

El martes 1 de enero fue el comienzo de un nuevo año, con objetivos renovados, deseos que se volvieron a pedir, el balance del 2018 que ya es pasado. Para la mayoría de las personas en todo el mundo fue una jornada de festejo y encuentro. Sin embargo, para una chica de 14 años que se encontraba en Miramar fue todo lo contrario.

Cinco hombres están detenidos por haber abusado sexualmente de la nena en el camping “El durazno”, sito en el kilómetro 1 de la ruta 11. Ese grupo de amigos no tuvo mejor idea para comenzar el año que violar a una niña indefensa.

De todas formas, el calvario no terminó allí. Es que desde que se conoció el hecho hasta hoy mismo – y esto seguirá – la mirada inquisidora se posó más sobre la nena y la madre que sobre los violadores. Lo mismo de siempre, aunque ahora hay un matiz distinto: la sociedad ya no es la misma.

#NiUnaMenos, o se suben a la ola o se ahogan

Esta manera de tratar las circunstancias de cualquier tipo de abuso sobre las mujeres – violación física, agresión ídem, vulneración de alguno de sus derechos – es la norma. Eso lo sabemos. Sin embargo, el país – y el mundo – ya avanzó tantos pasos que las concepciones patriarcales y machistas de antaño no pasan de largo.

En la medida en que los medios de comunicación de todo tipo y formato ponían sobre la nena y su madre la culpa del abuso, la cantidad de repudios y contra-argumentos desbordó toda red social, celular, portal y charla de bar. Si hay una luz de esperanza, hay que buscarla ahí.

Es cierto, da impotencia y enojo leer que cómo estaba vestida la chica, si tomaba alcohol o si le gustaba tener sexo seguido son factores que “justificarían” la violación. Pero es cierto, y con esto me quedo hoy, que #NiUnaMenos ya está instalado, que cada vez son menos los retrógadas patriarcales y que, como tal vez sí ocurría muchos años atrás, ya no se las dejaremos pasar.

Violación en Miramar

La culpa es de la víctima, capítulo infinito

Pasó otra vez. No causa sorpresa. Como ya nos tienen tan acostumbrados, los voceros de la comunicación salieron inmediatamente a dar cátedra de qué hiciste mal siendo mujer para convertirte en víctima. Bueno, en realidad, para terminar siendo victimaria.

¿Y los hombres que violan, en este caso estos cinco amigos? La pollera más o menos corta es la causa que los impulsa. O si la mujer había tomado alcohol. O, tamaña vergüenza, si le gustaba tener sexo con distintos hombres (léase: el hombre es un ganador, un winner si está con muchas; la mujer es una puta).

Esta forma de abordar los abusos es la matriz que siempre se usa. Aún es reciente el recuerdo del fallo en el caso Lucía Pérez. Ella tuvo la culpa de que la violen y la maten. Como tantas otras mujeres.

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Hasta la justicia, siempre

Como mencioné arriba, si hay algo que sirve de impulso y esperanza es el movimiento social. La resolución del caso de Lucía generó repudios, nuevos manifestaciones y sigue siendo bandera del #NiUnaMenos. Con el de esta chica fue, es y será igual.

La ola de repudios fue inmediata, natural. Cada vez una porción mayor de la sociedad entiende y grita que la culpa no es de la víctima. Que la víctima, valga la redundancia, es víctima.

Me dio impotencia leer a muchos comunicadores caer sobre la nena, pero más fuerte fue lo que sentí con la garganta social. La lucha está andando y la seguiremos.

Foto: Lucia Sky (@lulapaloozza)