Bailar danza clásica es muy diferente a cualquier otro estilo o disciplina de baile. Su particular técnica exige arduos entrenamientos e intensas posturas y movimientos.
El trabajo de los músculos de los pies y el desarrollo de su fuerza es de vital importancia para alcanzar un buen desempeño; haciéndolo, además, con los cuidados físicos necesarios, de modo de prevenir dolor, molestias o futuras lesiones.
¿Cómo entrenan y cuidan sus pies quienes se dedican a bailar danza clásica?
En esta disciplina, el entrenamiento y cuidado de los pies es constante. A diario los intérpretes trabajan en el desarrollo de sus músculos, como en su estiramiento y cuidado mediante ejercicios específicos.
Bailar danza clásica supone importantes cargas de estrés en las estructuras musculoesqueléticas y en las articulaciones de los pies. Las posiciones y movimientos propios de esta práctica exigen de los pies largos períodos de apoyo sobre puntas, cargando el peso del cuerpo sobre los dedos y las almohadillas.
También los tobillos se encuentran muy tensos y extendidos durante la ejecución de los movimientos. Sin dejar de mencionar que, tras los saltos y giros característicos del ballet, los pies son los que amortiguan los impactos sobre el suelo y hacen la fuerza para sostener el equilibrio.
La recuperación y descanso de los pies, entonces, es tan importante como su entrenamiento. De otro modo, no sólo el desarrollo de la técnica se ve afectado sino que múltiples lesiones pueden interrumpir la continuidad del entrenamiento.
Las formas en que cada intérprete cuida sus pies están, en efecto, supeditadas a su entrenamiento y sus necesidades particulares. Diferentes ejercicios de refuerzo, asimismo, están destinados a trabajar una u otra zona del pie, según lo requiera cada caso individual.
Veamos algunos cuidados comunes, esenciales a todas las personas que se dedican a esta exigente disciplina…
Supervisión periódica de profesionales podólogos
Además de los diferentes cuidados, estiramientos y ejercicios diarios que los intérpretes puedan realizar, asistir a controles periódicos con profesiones médicos y podólogos es fundamental para garantizar la salud de sus pies.
Dolencias como las sobrecargas musculares, esguinces de repetición, molestias o dolores en las plantas de los pies son comunes a toda persona que se dedica a bailar danza clásica.
También la metatarsalgia y la tendinitis, el desgaste articular, la formación de callosidades y ampollas, como de rozaduras y juanetes, pueden afectar a los intérpretes. Sobre todo cuando, a causa de una presentación o exámen, la intensidad y exigencia de los entrenamientos se incrementa.
Principales cuidados diarios
Luego de una clase o sesión de entrenamiento, es fundamental descongestionar los pies tras la exigencia aplicada. Para estimular la circulación, relajar los músculos y facilitar el retorno venoso, los intérpretes suelen alternar baños de agua fría y agua caliente.
También es importante, si esta se halla presente, reducir la inflamación. Reposar los pies en alto durante una serie de minutos, masajear las zonas más exigidas, exfoliar e hidratar la piel es, del mismo modo, un requerimiento diario.
Otro cuidado sencillo es permitir la oxigenación de nuestros pies, así como el estiramiento y relajación de los músculos. Nada más sencillo para hacerlo que tomarse un momento para caminar descalzos.
Practicar rotaciones de tobillo y descongestionar la tensión de los dedos, por ejemplo, haciendo rodar una pelota de tenis también puede ayudar mucho a prevenir o aliviar dolencias.
Por último, marcas especializadas como Capezio han aportado una variedad de complementos para el cuidado de los pies al bailar danza clásica, como vendas, punteras, metatarsianas, rodilleras, botas calentadoras y bandas de resistencia. Estos se han convertido es los aliados indispensables de toda persona apasionada del ballet
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