En el mundo de las zapatillas de ballet nos encontramos con dos grandes familias: las zapatillas de media punta y las de punta.

Las primeras son las que se utilizan apenas uno empieza a bailar, para ir de a poco acomodándose a las sensaciones y comenzar a trabajar los pies.

Por otro lado, las zapatillas de punta son exclusivamente para ser usadas por bailarines más profesionales, cuyos huesos estén completamente formados y cuenten con la técnica y fuerza apropiadas. Se trata de un calzado duro y rígido, pensado para que quien lo porte pueda pararse sobre las puntas de sus pies.

Ambos modelos de zapatillas de ballet van sujetos al pie mediante cintas y gomas, dispuestas estratégicamente para dar comodidad y seguridad a partes iguales.

Tipos de suelas para zapatillas de ballet

En ambas variantes de zapatillas de ballet existen distinciones entre dos tipos de suelas: enteras y medias. Cada una se ajusta a un público y nivel de preparación particular, y se deben elegir con mucho cuidado para no comprometer la salud física del bailarín o la bailarina.

Suela entera

Como su nombre lo indica, este tipo de zapatillas de ballet destacan por tener una suela compuesta de una única pieza que va desde el talón hasta la punta.

Este tipo de zapatillas es ideal para aquellas personas que están apenas iniciándose en el mundo del baile, puesto que su suela más rígida las impulsa a desarrollar su fuerza, debido a que oponen más resistencia a la planta de los pies.

Media suela

Por otro lado, las zapatillas de ballet de media suela están compuestas por dos suelas más pequeñas, una en la punta del pie y otra en el talón, lo cual deja un espacio libre y flexible en la zona del arco.

Este modelo es óptimo para tener más libertad y flexibilidad, liberando el empeine y permitiendo doblar y mover el pie con mayor facilidad.

¿Cómo puedo cuidar mis zapatillas de ballet?

Las zapatillas de ballet son, al igual que el ballet en sí mismo, algo muy delicado. Si bien mantenerlas en óptimas condiciones no es un enorme desafío, hay ciertos consejos a tener en cuenta si se desea hacer durar un par de puntas durante el mayor tiempo posible.

En primer lugar, hay que hacer una pequeña distinción entre las zapatillas de ballet de tela y las de piel:

Mientras que las de tela pueden meterse en el lavarropas (siempre y cuando se utilice agua a menos de 40 grados para que no se encojan), las que están hechas de piel deben lavarse únicamente utilizando un paño húmedo y jabón neutro.

Este método también puede usarse en las de tela si le da al bailarín o bailarina más tranquilidad, y es de hecho lo más recomendado por los profesionales.

¿Cada cuanto debo cambiarlas?

Ambos modelos de zapatillas de ballet -media punta y punta- deben cambiarse apenas se vislumbran señales de desgaste.

Al mismo tiempo, las zapatillas de punta deben cambiarse al instante en el que se produzca un quiebre, ya sea en su suela como en su punta.

La forma de notar si ha habido una ruptura de este estilo es al notar que la suela cede de más, se dobla demasiado y, en general, se siente como si opusiera poca resistencia al pie. También, inevitablemente, empezará a haber contacto directo entre los dedos y el suelo, lo cual será la alarma final para realizar el cambio.

En vista de todo esto, podemos darnos cuenta de lo fundamentales que son las zapatillas de ballet a la hora de dar un buen desempeño en la danza.

Por suerte, son cada vez más las empresas que están desarrollando zapatillas de la más alta calidad y poniéndolas a disposición del público corriente, como por ejemplo ya lo viene haciendo desde hace años en Argentina la marca Bloch.

Es importante que cada bailarín se asesore correctamente antes de comprar un par de zapatillas de ballet, puesto que serán su herramienta principal para desenvolverse en el escenario, por lo que no solo deben quedarle cómodas, sino garantizar su integridad física y su comodidad.

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